viernes, 15 de mayo de 2009

Pasando Revista

El apogeo de South Beach, en Miami, comenzó a fines de los 90 luego de haberse completado gran parte del reciclado del original distrito art deco. Miami volvía, por primera vez luego de cuarenta años, a formar parte de la escena glamorosa internacional y se mostraba al mundo como nunca.

Los medios se hicieron eco inmediato de este resurgir. Las estrellas de Hollywood mas famosas volvieron a las calles de Miami Beach, prestigiosos "restauraters" de New York abrieron sus puertas en la playa, y grandes productores usaron sus calles nuevamente para sus rodajes de prestigio.

La prensa, gráfica y escrita, cubrió ávida el renacer de la ciudad. Inundó puestos y stands de magazines de tendencia cubriendo la nueva y prestigiosa escena social. La revista Ocean Drive fue, quizás, un símbolo de ese momento y por sus páginas desfilaron stars; modelos, diseñadores y grandes figuras del espectáculo internacional.

Como por arte de magia gente de todas las razas, clases y colores invadió, no solo Miami Beach, sino el resto de Miami y sus alrededores. Barrios llenos de viejos, y millonarios retirados, empezaron a llenarse de familias de clase media, alta, altísima y recontra alta. La fanfarronería latina copó todo desde Bal Harbor, hasta Aventura y desde Coral Gables hasta Key Biscayne. Mucho mas dinero que clase, muy poquitas estrellas, y muchísimas ganas de mostrarle, a todo el mundo, todo lo bien que les va.

Barrio por barrio se fabricaron sus propias revistas (igualitas a Ocean Drive con la misma letra y todo), nada mas que para salir ellos en las fotos. Son publicaciones que tienen precio en la tapa; pero como nadie paga para comprarlas, te las regalan en la calle o te las mandan por correo.

Las publicidades son de los integrantes mismos de cada uno de los barrios. Sale el peluquero, la profesora de gimnasia, la dermatóloga, la pedicura, la fotógrafa de chicos y la maestra particular; solo que con nombres algo mas top por que, hoy por hoy, decir pedicuro es re grasa.

Las paginas sociales están llenas de giles (*) festejando el cumpleaños con 15 amigos que no se sabe ni quienes son; y que nadie quiere conocer, soplando las velitas con su mujer, sus hijos y su suegra; que, de tan operada, no se sabe ni de quien es familiar.

Otros, que atraviesan una crisis de mediana edad, festejan la fiesta "de blanco" en el parque de la mansión de Juan Pelotas, mientras comen una paella a la luz de velas. Y, por último, una nota central de los “mas lindos” del barrio; posando peinaditos como de comunión, con ropa y zapatos que se compraron para la foto.

Muchachos; creo que por el bien de la comunidad toda, deberíamos dejar la exposición mediática en manos de profesionales del espectáculo; porque en definitiva, por mas que se esfuerzen, no los conoce nadie.

Mas allá del contenido vacío, y netamente comercial de un magazine de tendencia, el negocio del espectáculo y los flashes se sustenta por y a través de los medios. Los que quedan por fuera de la vidriera como herramienta de trabajo, de corazón, guarden el oro, la guayabera, y traten de mantener la humildad y el perfil bajo.

Nota del autor:
... a 30 años de la creación del distrito "art deco" de Miami Beach
(*) giles. Plural de gil: tonto, ingenuo. (Argentina)
Con tecnología de Blogger.