Lo de los hombres, ya es un poco mas delicado. Porque tanta coquetería junta, a veces, puede resultar perjudicial. La gente después se confunde y comenta. Y, creanme, no hay nada peor que los comentarios.
Cada vez veo más gente operada. Debe ser una mezcla de la edad que tengo, el lugar donde uno vive, o quizás es moda pura; pero lo cierto es que muchos, en más o menos, se hacen un “retoque”.
Retinol, hilos de oro, colágeno y algunas otras palabras que no existían, siquiera, hace quince años, están en boga como nunca. Nadie las dice mucho, porque nadie cuenta; pero los resultados, a la vista están.
Definitivamente, los parámetros cambiaron. Hoy por hoy, las “lolas” hechas son más lindas y mejores que las comunes. (y digo “lolas” porque no debe haber nada más grasa que decir “busto” ... ¿no?)
Cuando yo iba al colegio, siempre había dos o tres que eran narigonas; ahora no hay más, desaparecieron. No sé si se fijaron pero todas tienen cejas finitas, hay más ojos azules que en Suecia, y a nadie se le arruga la frente cuando se ríe.
Las gordas, todas, se hacen lipo. Las que tienen un poco de panza se hacen un “tummy tuck”, y a las que les sobraba alguno que otro pelo se hacen depilación láser y definitiva. (digo “pelo” porque en el cenit de la grasitud, ahí pegaditos con “busto” y “cutis”, están “bello” y “cabello”)
En definitiva, te casás con una diosa increíble y no tenés ni idea como será de vieja. Antes la gente se referenciaba con la suegra. Si la señora de 50 todavía se defendía cuando recién te casabas, el futuro de tu mujer era medianamente promisorio. Si era una gorda increíble, y de no mediar un milagro, estabas listo. Una ecuación simple, sin sorpresas.
Hoy es una lotería. La suegra, si la familia tiene un buen pasar, es una mezcla de Michael Jackson con la madre de Gabriela Sabatini. Las hermanas están mas arregladas que la tuya; y tu suegro, que se piensa que todavía tiene 30, está quemado, tiene el pelo injertado y teñido, la frente con botox y presume de sus músculos con una camiseta negra apretadita.
Ni hablar de tus hijos. Con esa madre seguro salen divinos, dijeron todos cuando tu mujer estaba embarazada. No se sabe que pasó, pero tus pibes, que son narigones, gordos y tienen pelos por todos lados, parecen los hijos del Puma Rodríguez.
A diferencia de las solteras jóvenes, esas de las que hablamos y que buscan marido para toda la vida, están las veteranas que son un rubro totalmente aparte. Aguerridas, tuvieron una juventud gloriosa y, usando las ventajas de la ciencia a su favor, pelean en arenas comunes con solteras, de 20 y 30, sin despeinarse. Popularizaron la frase: “Mirá como esta la jovata” y gastan, mas de lo que ganan en su propia imagen. Como tienen tanto para dar, necesitan un post aparte. Se lo merecen.
Por ahí me inspiro y les cuento la semana que viene.