jueves, 18 de junio de 2009

Machos eran los de antes

Amor mío,

Si de casualidad lees este post, te aclaro que nada tiene que ver con lo que pasa en casa. Son cosas locas que yo pongo para que suene más divertido .... pero no son verdad, quedate tranquila.



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Nunca vi a mi abuelo lavar los platos. Mucho menos hacer la cama los fines de semana, acomodar su propia ropa en los cajones, o secar el piso después de ducharse. Mientras se afeitaba nadie, absolutamente nadie, entraba al baño, ni lo molestaba golpeando la puerta sistemáticamente.

Por lo que contaba mi abuela, era muy exigente con todas sus cosas. Le encantaban las sabanas blancas y almidonadas, el desayuno con el diario en la cama y la comida servida, puntualmente, a las 8 de la noche.

Siempre le gusto dormir tarde los domingos. La casa era un templo de silencio y cuidadito con que alguien osara levantar la voz en las primeras horas del día del Señor.

Nunca tuvo personal de servicio, pero las pocas camisas que tenía, estaban siempre lavadas, planchadas y colgadas; listas para ir a trabajar.

Esto que parece un cuento de hadas para todos nosotros “hombres de hoy”, existió en este mismo planeta, no hace tanto tiempo.

Aunque parezca difícil de creer, había hombres como mi abuelo, machos de verdad, que murieron sin tender, ni siquiera una vez, su propia cama.

Quizás lo más meritorio es que las condiciones que imponían para su vida diaria duraron ¡para siempre! Festejaron bodas de plata, y hasta de oro, sin levantar los platos de la mesa y sin sacar la basura a la calle.

Que no se confundan los giles esos que recién se casan. Esos no son machos. Están temporalmente gozando de un beneficio producto de la novedad que viven, que no hará más que extinguirse como el fuego mismo. Mucho menos los tipos grandes (esos que se hacen los bananas) de novios con mujeres diosas mucho más jóvenes que ellos. Es nada mas que un “veranito” que se acaba el día mismo que se casan.

Lo nuestro hoy es diametralmente diferente. Acá el que no lo reconoce miente descaradamente.

Hoy por hoy nadie conoce la sensación de usar, su propio baño, totalmente solo. La gente entra, por supuesto sin golpear, saca pasta de dientes, agarra un cepillo, se lleva una toalla. Mientras uno se ducha, es altamente probable que se acabe el agua, que no le cierren la puerta, o que directamente le apaguen la luz al salir.

Los tiempos han cambiado; y con el cambio desaparecieron los machos de la faz de la tierra. Hoy la gente lava platos, junta la mesa y hay algunos que hasta planchan.

Uno se pone lo primero que le dan (si no te gusta planchalo vos), toma el café caliente, tibio, frío (es lo mismo) y a veces usa el desodorante de la mujer (te lo hubieses comprado vos ... yo tampoco soy la esclava de la casa).

Cuando los machos cenaban, miraban el noticiero en la tele del comedor. Por suerte las casas de hoy tienen muchos televisores, pero no conozco uno que maneje el control remoto de su casa como los machos de antes. Si no te toca ver la novela de moda, terminás todo el día con Disney Channel o el tarado de Barney el dinosaurio.

Como si ese no fuera suficiente castigo, los “afortunados” que tenemos DVD en el auto, seguimos con Elmo o Winnie the Pooh (y también Barney porque tenemos una copia extra en el auto). Si ponemos música, no podemos elegir ni un solo tema, y a veces hasta viajamos en el asiento de atrás !

Todo cambió mucho. Cuando los machos iban al cine, veían acción, tiros, cowboys. Ahora miramos Nemo, Cars y La Sirenita y comentamos lo buena que estuvo la película cuando salimos del cine !!!!

Podría estar toda la noche destacando las ventajas de un grupo de gente que no existe más. Ídolos, gladiadores, hombres para respetar que se preocuparon por marcar un camino que nadie supo seguir ....


....... ¿Cómo? .... si, si ya voy mi vida ... estaba mandando un mail de trabajo .....

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