jueves, 10 de septiembre de 2009

Mrs. Robinson

Me senté en el fondo de la clase, pasadas las seis y cuarto de la tarde, un poco para recrear la sensación única que yo mismo tenía cuando iba al colegio.

La reunión de padres había empezado puntualmente a las 6, y ya todos estaban acomodados prestando atención, como chicos aplicados, a una maestra que alternaba entre inglés y castellano, intentando agradar a todo “su público” por igual.

Traté de escuchar atentamente, pero me distraje con una madre que tomaba apuntes en forma frenética, casi como si estuviese en una clase de astronomía de la NASA. Revisaba sus notas, daba vuelta el papel, miraba el pizarrón y volvía a escribir sin parar un segundo.

La reunión tenía una duración programada de 45 minutos. Media hora de exposición, 15 minutos de preguntas; bien a la americana, ni un minuto más.

La profesora hablaba de los objetivos del año, el calendario escolar, el rol de los padres, y esta señora anotaba y anotaba como si al otro día tuviésemos final de “Cronograma Escolar”.

Los treinta minutos se cumplieron y vino el tiempo de las preguntas.

Voló la mano de la señora al aire, todavía con la lapicera en la mano, y antes que alguien le otorgara la palabra arrancó:

- ¿No tienen una copia del calendario para que me pueda llevar a casa?
- Los calendarios están disponibles en www.escuelas ....
- No, yo digo uno impreso....
- No, impresos no hay. Si quiere puede consultarlo todos los días en www.escuelas....
- Es que yo quería uno impreso, para la puerta del refrigerador.
- Bueno el de www.esc..... puede imprimirlo.
- Si pero no es color ... (que la impresora de ella era blanco y negro, que era lindo el de ahi ...)

El tema quedo ahí. Hubo dos o tres preguntas más, y la gente se empezó a levantar ordenando la salida a otras reuniones de hermanos programadas para mas tarde.

Todos, incluyéndome a mi, tratábamos de presentarnos con las maestras, un poco para justificar la visita y demostrar nuestro interés genuino mas allá de la loca esta.

La señora ya estaba hablando con la maestra y la cola, (acá hay que hacer cola para todo) ya llegaba casi hasta el final de la clase.

- Mire Miss Rodriguez que si necesita mi ayuda por un tema de lectura, de una excursión, o cualquier otra cosita, me dice ... sin compromiso, le decía casi sin respirar.
- No se haga problema señora, decía la maestra y miraba para atrás buscando un rescate que no llegaba.

Finalmente, la señora terminó. Saludamos todos, mas o menos, como pudimos y nos realineamos para llenar la planilla de asistencia con nombre, teléfono, email y sugerencias.

Supe inmediatamente quien era la primera de la lista.

La línea rezaba:

Mrs. Robinson ... y luego de número, email y dirección ... el casillero de sugerencias se completaba con ... “Sería bueno que entreguen calendarios impresos a color”
Con tecnología de Blogger.