jueves, 18 de noviembre de 2010

La magia del marketing

Recién llego al estreno de Harry Potter 7 y todavía no salgo de mi propio asombro. El estacionamiento está completamente lleno, como nunca. "LOT FULL" clama el cartel, en letras grandes y rojas, justo en la rampa de entrada.

Hay coches por todos lados. En la calle, dando vueltas para encontrar lugar y hasta dejando gente en la boletería; tanta gente, que parece que jugamos contra Brasil la final de la Copa América y tenemos chance.

La cola, que a esta hora ya se enrosca 500 metros, hospeda decenas de fans que, a diferencia nuestra, acampan desde temprano en la mañana para poder entrar primeros.

Banderas, disfraces, chicos con posters, grandulones con anteojos falsos y togas negras de utilería.

Lo entendería un poco mas si fuese un recital, o una final de campeonato; de cualquier deporte. Sería, quizás, algo mas comprensible, incluso, si se tratase del lanzamiento del libro original. En cualquier escenario, el resultado sería desconocido, el final abierto; la historia, toda, aun por contar.


Acá ya esta todo dicho, el final cantado, el resultado puesto. Un gol por lado, como en cualquier Argentinos - River.

Hoy, ya todos sabemos que venimos a ver. Ya sabemos quien sale campeón.

Dicen mis compañeros de cola que estar acá tiene el valor de ser el primero (de los de Miami porque en Europa ya la vieron).

Hay un pibe adelante nuestro que trajo los libros, ¡los siete! para estar cómodo mientras espera. Quizás cree que Harry (himself) se los puede firmar adentro. Por las dudas repasa el último, como si en dos horas nos tomasen examen de magia.

Hay otros con cosas de la película. Lechuzas llenas de aserrín, bufandas (en el caribe) leones de papel maché, escobas viejas que obviamente no vuelan y unas cuantas brujas que vinieron a traer a sus fanáticos brujitos.

Ya casi entramos. Todos gritan y aplauden. Eso si, ni un empujón, nadie corre, nadie se cuela.

El final no lo escribo, no vale la pena. Total, esta cantado y ya todos lo saben; hasta los que no vinieron.
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