Generalmente resulta muy difícil consensuar decisiones de cualquier índole en una familia o en grupo pequeño de amigos. Infinitamente mas complejo resulta lograr el acuerdo grupal en una empresa.
Es hasta obvio; cualquier decisión, por insignificante que resulte, tomada sin el acuerdo colectivo será, siempre, objeto de criticas infundadas alimentadas desde la pasividad de los que solo contemplan.
Ustedes se preguntaran porque uno mantiene en una organización pequeña personas a las que considera pasivas, contempladoras y problemáticas. Yo solía no entender.
Las empresas son el reflejo de la sociedad en la que vivimos donde caracteres e intereses de todo tipo confluyen e interactúan; con el agravante, egoísta si se quiere, de la remuneración monetaria. La eventual salida de uno de estos "personajes" solo redundará en otro nuevo de iguales características que mantenga el mismo orden ya establecido.
Como nuestro grupo rara vez será ciento por ciento homogeneo y como resulta imposible mantener a todos contentos dentro de una organización laboral, las políticas deben tender al bien común y, en estas decisiones, uno se encuentra generalmente solo a la hora de decidir.
En consecuencia acarrea, no solo el peso de la responsabilidad por la decisión que ha tomado, sino que resulta blanco de criticas y rara vez obtiene ayuda.
No es tarea fácil; pero será necesario comprometer a todos respecto de la decisión tomada. Participar, al grupo, del éxito de la concreción; o simplemente diseñar tareas de cara al éxito de la gestión para que todos se sientan parte, sumen; y, en definitiva, ayuden.
lunes, 22 de septiembre de 2008
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