dedicado a HOR
“Cuando los obstáculos del negocio se encaran con tranquilidad, no existe la angustia y, paradójicamente, el resultado suele ser positivo”. Aunque lo parezca, no es una frase hecha; creanme.
He visto a muchos ejecutivos, de gran nivel, encarar reuniones, trascendentales para su negocio, atados de nervios; aterrados ante la incertidumbre del final desconocido.
En la medida que la reunión progresa, los nervios ceden y, mágicamente la tranquilidad reina ante el resultado puesto y definitivo.
Me animo a concluir que el temor a lo desconocido será entonces infinitamente mayor al desenlace cierto y verdadero; y para no aburrir mas con teoría les doy un ejemplo: No es el miedo a volar; sino el miedo a que el avión no llegue a destino.
En los negocios, como en la vida, solemos no conocer el final de los acontecimientos; y eso nos carga de ansiedad y angustia. Son muy pocos aquellos capaces de naufragar los mares de la incertidumbre con destreza, manteniendo el temple y el positivismo en todo momento.
Por suerte contamos con algunos de esos temples donde su positivismo, que contagia, nos energiza y empuja a todos aquellos “no tan valientes” y algo mas soñadores.
El positivismo es definitivamente una actitud ante la vida. Ser positivo no solo nos mantiene relajados en el trabajo y sus desafíos, sino en cada hecho de nuestros quehaceres diarios.
Contagiémonos, entonces, de aquellos libres de ansiedad y positivistas por naturaleza. Trabajemos, día a día, para que nuestros colegas puedan sentirse del mismo modo.
jueves, 26 de marzo de 2009
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