miércoles, 1 de julio de 2009

Cars

Tengo un profundo respeto por esas personas a las que su auto tanto les da. Los admiro por su dejadez, por su indiferencia; pero principalmente, porque es verdad que no les importa. No es una actitud meditada, una frase hecha o un ejercicio de autocontrol que les recomendó su psicólogo para no sufrir, sino la esencia misma de sus convicciones: "El auto está para prestarles un servicio".

Que lindo pensar así. Que lindo que no te importe nada cuando subís al auto y te dejaron un vaso con Coca Cola caliente, que quedó al sol toda la tarde, y un olor a Mc Donald's que no se puede creer. O cuando el tablero tiene tres millones de recibos, de los tres millones de estacionamientos que visitaron durante los últimos cinco años. ¡Que lindo que es!

Más lindo, y decididamente espectacular, es cuando el baúl es una extensión de la propia casa. Un armario más. Un ropero móvil donde habitan, bolsos, patines, patas de rana y dos monopatines llenos de barro que no limpiamos porque se van a ensuciar de nuevo.
Los apoya vasos me hacen acordar a los frascos esos que armábamos en el colegio con porotos, secante y algodón, que a la semana tenían un olor a podrido increíble. Están llenos de porquerías de todos los tipos y colores. Papeles de caramelos, un chicle mordido, un chupete, gomitas para el pelo, un clip, dos pilas (usadas obvio) y 50 monedas de un centavo, que por supuesto no sirven ni en los peajes, ni en los parquímetros.

Les juro que me gustaría ser así, y que no importe. Me gustaría subir al auto y no ver nada. Me encantaría poder sacar un pegote de un CD y ponerlo en el estéreo como si fuese el procedimiento normal.

Ya pedir que los discos estén cada uno en la caja que les corresponde, o que el iPod esté cargado, o que las gomas tengan la presión correcta es mucho. Yo sé que es mucho. Y como es demasiado me acostumbré. Ni yo me lo creo, pero ya me da igual.

Me da igual que la luz de reserva esté encendida cuando manejo el sábado. Que el auto esté sucio por fuera y que la visibilidad del cristal delantero se limite al trayecto del limpia parabrisas. No me importa controlar los cambios de aceite, chequear los filtros o llevar el auto al service. Ya no me importa.

Lo que me da un poco de miedo es lo que le paso a un amigo el otro día.

Resulta que el tipo llega a la casa y le pregunta a la mujer: Que tal che, como anda todo .... chocaste hoy? (la chica es de esas de récord histórico ... de ahí la pregunta)
Hay gordo ..... nooooo, le dice ella superada .... ¿estás loco?

Luego la cena se desarrolla con normalidad y cuando se están por ir a dormir la mujer dice: Sabés que me quedé pensando en la pregunta que me hiciste ... y ahora que me acuerdo .... hoy choqué.
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