domingo, 1 de noviembre de 2009

Privilegiados

Se que usualmente mis textos abordan temas cotidianos, banales y hasta huecos para algunos. Letras simples que, dado el carácter de este blog, caerán, inevitablemente, en el paso de comedia, la ridiculización de la víctima de turno y el desenlace, aunque no siempre previsible, redondo, simpático y hasta, si se quiere, feliz.

En definitiva son líneas que solo pretenden entretener. Y no solo al lector de turno, sino a mi mismo. Este blog no existiría si yo no tuviese la necesidad intima de festejar mis propias ocurrencias, esas que solo responden a mi imaginación, que me divierten y que, en definitiva, me lavan la cabeza antes de irme a dormir.

Digo esto, porque para mi escribir lo que me gusta y me entretiene, no es mas que teclear, clickear, guardar y luego publicar. Luce simple y hasta mágico. Un mero “click” que pone, a disposición de muchos, las cosas que uno tiene para decir.


Que no se confunda. Esas ideas, esas cosas que uno cuenta y comunica, reflejan un modo de pensar. Una opinión, que aunque referida a temas simples y cotidianos, se vuelve pública, desde el momento mismo que toca la web, y no esta sujeta a correcciones, revisiones ni censuras previas. Por supuesto rigen normas de ética y educación a la hora de publicar; pero de ningún modo aquello que uno piensa puede anularse o enmendarse de no mediar contenido impropio.



“En línea”, y con la tecnología de mi lado, hace ya algún tiempo que reviso y leo muchos diarios, revistas y blogs durante las primeras horas de la mañana. Casi sin querer, y nutrido de lectores web y servicios automáticos de feeds, me precio de ser observador y estar informado de una realidad que no hace mas que manifestarse delante de mis ojos, casi sin darme cuenta.



Días pasados leía un comentario, creo que en el diario español El País, y encontré una referencia al blog, que casi diariamente, escribe Yoani Sánchez desde Cuba. En una decisión sin precedentes - es la primera vez que una blogger recibe una mención de este calibre -, su trabajo fue recientemente galardonado con el premio María Moors Cabot que otorga anualmente la Universidad de Columbia. Lamentablemente, no obtuvo el permiso para asistir a recibir su premio.



Y comprendí, casi instantáneamente, el valor de cada uno de mis posts. Huecos, ingenuos, simples, pero, en definitiva, “libres”.



Esta chica, que batalla prácticamente sola para que su blog permanezca online y publica con una conexión en cuenta gotas, juega todo lo que tiene en cada párrafo que escribe. Como si ese no fuese desafío suficiente, escribe lo que siente. Se compromete en un lugar donde se controla, no solo el contenido web, sino los emails y hasta la correspondencia tradicional.



Y uno, que escribe por hobby y porque se le ordena la cabeza, de pronto comprende que lo suyo si es ingenuo, superficial y hasta hueco. Por eso, y por respeto a la gente que juega mucho mas que la tranquilidad de descansar con la mente libre cada noche, consideré que este post debía tener, al menos, algo más de profundidad.
Con tecnología de Blogger.