En este 2010, mi cuadragésimo año de vida debo, por primera vez y sin excusa alguna, someterme a una revisión médica de rutina. No me pasa nada y para tranquilidad de mis lectores diré que estoy sano, fuerte y, paradójicamente, me siento más joven que nunca. Es solo un tema de edad; ¡de 40 años de edad!
Son de esos chequeos que, para mi, (y hasta el año pasado) solo se hacía la “gente grande”, “la gente mayor”. La misma gente que, ante la pregunta consternada de un amigo, contesta - No, no tengo nada querido, no te preocupes .... es solo por control.
Control. Hasta hace unos años para mi el único “control” que existía era el control remoto. Quizás también el control crucero del auto o el Control del Agente 86, ese que peleaba contra Kaos. Ahora en la oficina me dicen - ¿Che que pasó que fuiste al médico? ¿Y yo que contesto? - No, no tengo nada, no te preocupes ... es solo por control. Lo único que falta es que diga “querido”; o “estoy regio” .... en fin.
Sea como fuere, días pasados, dos buenos amigos, algo mas grandes que yo, (“gente mayor”) cuyos nombres o señas particulares no vienen al caso y que, de ex profeso, obviaré, se esmeraban por darme tranquilidad.
- Al debut tenés que ir relajado, no pasa nada. Tampoco es para tanto, no seas maricón.
- No, no esta bien ¿Pero por qué me dicen debut?
- Mirá Javi, nosotros ya estamos acostumbrados, pensá que debutamos hace varios años. Es un minuto, una cosita de nada; ni te das cuenta. Eso si, nunca pidas una segunda opinión. Y se reían a carcajadas casi como si ellos estuviesen exentos de mi nueva realidad.
- Dale che, no se rían mas. Antes me dijeron debut, ahora que ustedes debutaron ¿Que me quieren decir?
- Si, si debut (y se seguían riendo). - Yo mas que médico buscaría a un pianista, decía uno mientras se secaba las lágrimas de tanto reirse. El otro, que le festejaba las ocurrencias como si fuese un chico, no paraba de agarrarse la panza.
- Eso si. Si tenés ganas de volver la semana siguiente, es para preocuparse.
- Pero a mi en realidad me da miedo, ¿porque voy a querer volver?
- Y si, un poco de miedo tenés que tener .... yo tendría.
- Dale, en serio. ¿Me van a explicar o se van a seguir riendo?
- En realidad nos parece que debieras experimentar por vos mismo, explorar tus sentidos, tus sentimientos, tus bfffffssss. Ya no podían ni hablar. Se reían, se abrazaban, aplaudían, lloraban; y yo ahí, sentadito como un salame, adivinado, intuyendo, tratando de entender el porque de tanta gracia.
Hasta que entendí de repente. 40 años, la edad del control. La del control que nada tiene que ver con el remoto, ni con el Agente 86. Y estos dos, que se seguían riendo como chicos me miraban y me decían. - ¿Te acordás cuando nos cargabas? ¿Cuando te hacías el cancherito con tus amigos, allá por el 95, y nosotros te decíamos ... no te rías tanto que a vos también te va a tocar ¿te acordás?
Bueno, amigo ... ¡Ahora llegó la hora de que toquen a vos!
Y muy a pesar de mi preocupación evidente, se siguieron riendo a carcajadas como dos chicos.
martes, 30 de marzo de 2010
Con tecnología de Blogger.