Días pasados un amigo recibió, de regalo de cumpleaños, un diario amarillo y ajado del día de su nacimiento. “23 de abril de 1975” rezaba el matutino en vieja y despareja tipografía de molde. La primera plana se completaba con un gol del loco Houseman en el mundial de Alemania, y algunas noticias trascendentes internacionales del momento que ahora, sinceramente, no recuerdo.
- !Podés creer que nací cuando Isabelita todavía era Presidenta!, me decía contento por la originalidad del regalo, pero resignado por compartir la fecha de su nacimiento con semejante personaje.
Parece ser, según me dicen, que se ha puesto de moda esto de regalar ejemplares de diarios para los cumpleaños. Idea bastante original y barata en estos tiempos de crisis que corren y cuando la combinación lindo, bueno y barato ya casi es imposible de perfeccionar.
Me quedé, mas allá del regalo, con el comentario de Isabel y, casi al mismo tiempo, pensé como sería haber tenido un "horóscopo presidencial". Haber nacido categorizados bajo el signo del presidente de turno y someter, nuestra suerte de nación, a las lunas y los ascendientes de sus intrincadas personalidades.
Es cierto que la categorización sería arbitraria; pero no mucho mas que la del zodíaco tradicional y sus lunas, o esa mas nueva de los animales del horóscopo Chino. Para decirlo de otro modo: en vez de haber nacido bajo el signo de Tauro con ascendiente en la luna Venus; este chico lo habría hecho bajo bandera Argentina, con ascendiente en López Rega y en la luna de Valencia de María Estela Martinez de Perón.
¡Lindo signo presidencial!, pensé; mientras al mismo tiempo buscaba las noticias del día de mi propio nacimiento y el presidente argentino, que no solo me tocaba en suerte, sino que marcaba la tendencia de mi nueva y ocurrente categorización.
Terrible el mío también ... Onganía decía Wikipedia, abajo de la foto con uniforme, gorra y bigotes. Agregaba las frases: “de facto” y “golpe estado” en algún lugar de la corta descripción.
Mejor me quedo con Libra y el gallo del horóscopo Chino, pensé mientras leía que en Estados Unidos me hubiese tocado Richard Nixon, y en Francia Monsieur Pompidou.
Casi sin quererlo se me ocurrió que suerte habían tenido los nacidos bajo el signo de Reagan, o de Gorbachev. Pensé en los Sudafricanos de Nelson Mandela, en los franceses de Mitterrand y hasta en los ingleses de Churchill.
Y casi sin quererlo, y con el chiste y la ocurrencia, del horóscopo presidencial, todavía en el tintero, comprendí que la categorización arbitraria quizás no era tan trillada como pensaba. De algún modo, nacer, crecer y vivir bajo el signo de Castro, por mas de medio siglo, algún efecto ha de tener en una nación. Quizás vivir iluminado por las lunas de Chavez, Evo y Correa sea diferente al ascendiente que producen aquellas de Bachelet, de Uribe, incluso hasta del mismo Lula.
Y volví al diario de mi amigo y al mismo 23 de abril, solo que de este 2010 que nos toca vivir. Y pensé, que mientras los chicos chilenos nacían bajo el signo de Sebastián Piñera; a solo 200 kilómetros, y del otro lado de la cordillera, los chicos argentinos lo hacían en la misma luna de Valencia de María Estela Martinez.
Esa misma luna que, como entonces, nada proyecta ni ilumina.
lunes, 26 de abril de 2010
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