Me encantan los recitales, siempre me gustaron; pero me mata la logística previa. La ceremonia tediosa e infinita de planear toda una noche alrededor de un solo y único evento. - Por favor apurate. Quiero que salgamos temprano para llegar tranquilos.
Mis chicos, la chica que los cuida. - Nena, te dejo mi teléfono acá en la heladera, cualquier cosa me llamas. - Javi, ¿pediste la pizza para dejarles?
- Gordo, la llave de mi auto ¿la tenés vos que no la encuentro? ¿Me pusiste a cargar el teléfono?
El estacionamiento a 10 cuadras, la cola para entrar. - Señora disculpe, le tengo que revisar el bolso. - Cuidá el lugar, que no se te metan esos pibes adelante. Y dame las entradas. Si; te las di, fijate bien.
Hay gordo bancame dos minutos que voy al baño. Una Coca, una cerveza y un pancho. - No señor, no tengo cambio. Gorda ¿en serio te olvidaste la mostaza?
No, no hay acomodador. Fijate bien ... fila 445. ¿No se ve tan mal no?
El sábado pasado tocaba Sanz en el America Airlines Arena, pero, por suerte, no íbamos. Pasadas las 7 escucho el teléfono mientras me afeitaba. - Bueno, si Ustedes no van .... ¿Seguro no las van a usar?
No gorda, ni con las entradas regaladas me fumo al gallego ese. - Si ya se que son gratis, ¿pero todo el circo para verlo en la pantalla gigante? No, ni loco. "Te lo agradezco, pero no".
- Ah pará, si es fila 2, vamos. Como que 4 entradas ... y si, avisales; vamos todos.
Llegamos tarde, solo faltaban 15 minutos para la hora impresa en el ticket. Como los pases tenían estacionamiento incluido, seguí los carteles hasta dar con una cola, esperada y previsible, de casi 200 metros. Un cartel chiquito, en una calle privada, rezaba: “PARKING BLUE PASS VIP MEMBERS ONLY”. Mis cuatro entradas regaladas eran mas azules que el cielo. Sin cola, sin coches, entramos como Batman a la baticueva.
Paré el coche a 4 metros de la puerta. Me recibió un señor muy amable que nos marcó el camino mientras nos daba unas pulseritas fashion que, obviamente, también eran azules. “FLAGSHIP LOUNGE” decía la mía. - ¿Chicos, las de Ustedes también dicen algo de un lounge?
Subimos 20 escalones, no eran mas. Un bar increíble se abrió delante nuestro. Había gente, pero no mucha. Camareros de acá para allá, champagne, cocktails, hors d’oeuvres. Al final del salón había una cortina gigante de piso a techo y de negro terciopelo pesado. Mientras los demás se sentaban y pedían una copa, quise ver adonde daba la cortina. Abrí despacio para ver mi fila "2" a solo 10 metros.
Un señor muy diligente nos dio dos minutos de preaviso, como en un club de aeropuerto, mientras nos daba popcorn en unos baldes coquetos.
Arrancó Sanz, nomás, justo media hora después de las 8. Muy a pesar de las 30,000 almas que llenaban el arena, parecía que tocaba para nosotros solos.
jueves, 19 de agosto de 2010
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