Una de las peores cosas que le ha pasado a la televisión moderna es continuar enarbolando la bandera del doblaje como única opción de audio.
En la era del plasma, la televisión digital y la alta definición, la pista de audio original debería, siempre, ser una opción posible. Las señales de televisión modernas llevan consigo 3 pistas de sonido, mas alternativas de subtitulado en varias combinaciones; solo que usualmente se limitan o directamente se restringen.
Casi como un navegador de internet moderno, que traduce cualquier página a cualquier idioma y en tiempo real, la tele de hoy bien podría incluir la pista original de audio; y agregar dos opciones mas, de idioma y subtítulos, según el país de distribución comercial.
En los tiempos que vivimos doblar, atenta, sin duda, contra la calidad del producto. Una serie, una película, son, en definitiva, la obra de un autor y sus protagonistas. Truncarlas y mutilarlas, para agregar audio doblado, es como alterar su esencia misma, su ADN. Del mismo modo, privar a la audiencia del idioma original es, directamente, subestimarla; nivelar hacia abajo y asumir que el público no esta capacitado para comprender.
El doblaje, cuando es única opción, no hace mas que sindicalizar el espectáculo. Nivela el producto y lo hace igual. Si en definitiva Dustin Hoffman tendrá la voz de Al Paccino o Uma Thurman la de Julia Roberts, sus inflexiones, su dolor o su alegría, sus roles, en definitiva, serán tan estandarizado como su “nueva” voz.
Si bien la televisión digital y el cable se imponen en la mayoría de los mercados, no todos tienen la posibilidad de acceder a ellos. El doblaje, entonces, en la pista original, es atendible y hasta única alternativa si la tira original se produjo en otro idioma.
Pero lamentablemente mas opciones no son el fondo del problema. He visto mucha programación doblada al español producida en el mismo idioma. Tiras argentinas dobladas en Méjico para vender al resto de América; series chilenas llevadas a español castizo, novelas mejicanas o colombianas dobladas en España solo para ser distribuidas en la Madre Patria.
El idioma español, aun con sus matices latinoamericanos, es único. Una vez mas, asumir que todo el mundo entiende y habla un idioma de una única manera es aniquilar la diversidad que nos junta; atentar contra las diferencias que nos enriquecen y no hacen mas que agregar valor.
Convertir una tira a otro idioma era comprensible hasta hoy. No existían los medios, no había otra forma, otro camino. Doblar al mismo idioma, sindicalizando el espectáculo y amparados en la estandarización, sencillamente incomprensible.
La tele es global y, como nadie, nos integra y nos hace aprender. Que el doblaje, cuando no sirve, no le corte las alas.
martes, 4 de enero de 2011
Presos del Doblaje (para EL MUNDO.ES/AMERICA el 4.1.2011)
martes, 4 de enero de 2011
DESCONTROL REMOTO
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