Aquel domingo fatídico, macabro, vil en el que te desvelaste a las 5 de la mañana sin preocupaciones, sin obligaciones aparentes sin, siquiera, una tibia propuesta sexual. En ese día zonzo, estúpido en el que, intrigado y confundido te asistió, así como de la nada, la necesidad imperiosa de formar parte del consorcio de tu edificio, de ser solidario, de involucrarte por el bien de tus vecinos.
En ese choque histórico de planetas, en ese quiebre intergaláctico, sin saberlo y sin ningún aviso, tus parámetros, tus estándares femeninos habituales; esos de los que te preciabas y que supieron estar afilados al milímetro ... habrán cambiado para siempre.
Ya nunca mirarás a las mujeres de la misma manera. Por tierra quedaran tus dogmas, las enseñanzas milenarias, el prestigio que supieste enarbolar y tus convicciones absolutas; esas que te hacían salir (solamente) con minas de 7 para arriba.
No hay explicación médica, mucho menos remedios, antibióticos o tratamientos. Tampoco se trata de un cálculo matemático o una falla cromosómica. Esto es por edad, cronología en su expresión mas pura. El inexorable paso del tiempo que todo lo deteriora.
Como todo en la vida, seguro hay por ahí alguna excepción. Pero no hay registros ni documentación respaldatoria que compruebe desvíos en la calidad de observación femenina en hombres menores a los 35 años de edad.
Y caen todos, creanmé. Cualquier clase social, cualquier ocupación. Playboys, aristócratas, fleteros, empresarios, profesionales y verduleros. Todos sin excepción. Al cien por cien se les corre la mira en una suerte de "presbicia instintiva".
Desvío gordo e involuntario que ejemplifica el ver, sentir y pensar de una y otra generación que, solo por ser mas viejos, han perdido la brújula y la sintonía fina.
Para dar ejemplos concretos diremos que lolas hechas y minifalda no les dejan ver un culo extra large. Mucho se les pasa por alto y poco les importa. Le gritan "diosa" al perfume, la actitud y a las gafas grandes; pasando por alto los 15 kilos de mas, las várices y los talones ásperos. Y se codean entre si ante una tanga joven y violeta que pasa por la playa. Muy a pesar de la celulitis galopante que el traje de baño mal puede ocultar.
Es triste, pero todo les da igual. Cualquier bondi (*) los deja bien. Cincuentonas platinadas y escotadas, pendejas (*) feas de pantalones blancos ajustados, zapatos de plataforma y hasta tetonas de pies hinchados. Tienen la visión distorsionada, el radar roto y cualquier petisa con pelo largo y actitud les parece Pampita (*).
Pensalo, si tenés mas de 40, preferís el diario sobre el iPad , te levantás temprano el fin de semana y te gusta Monica Bellucci mas que todo el desfile de Victoria Secret, la transición ya ha comenzado.
Si coincidís en el gusto con tu suegro, con el tío de tu mujer y te das vuelta para mirar la misma gorda que tu viejo, el tobogán llegó a su fin y no hay mucho que puedas hacer. Mal que te pese, ya sos parte de "ellos".
No fuerces el sentimiento, no lo reprimas, no seas gil que no vale la pena. Ya está, que se le va a hacer.
No te tiñas, no te hagas el pendejo; ni se te ocurra hacerte un tatuaje o viajar a la India a conocer al Dalai Lama.
No te pongas mal, no sufras. No seas tonto, no te hagas el cool ... Si vos y yo ya sabemos que las pendejas te miran por el auto y la billetera. Tranquilo, queda entre nosotros.
Eso si, estoy casi seguro que todas las jovatas (*) te ven fachero. Esto de la brújula y la sintonía no puede ser un tema solo masculino.
Por eso te miran en la fila del súper. Por eso te preguntan en el barrio donde queda el Pago Facil (*). Por eso te da charla la gorda del B.
Para todas ellas ... canas, calvicie, gafas .... y mas de un asado ... también pueden resultarles sexy.
(*) bondi: (Lunfardo) Autobus, colectivo, transporte público.
(*) Pampita: Modelo publicitaria argentina (divina)
(*) pendejas: en Argentina: chicas jóvenes
(*) jovatas: señoras mayores
(*) Pago Fácil: Comercio para el pago de facturas de servicio.
domingo, 15 de mayo de 2016
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